Tuve que volver a tu puerta y darme cuenta
Que esto ya era- de nuevo- otro abandono.
Otro abandono repetido.
Tuve que llorar como perro
y sacar todo el veneno a fuera
para darme cuenta que ya todo era
-eso-
tu abandono repetido.
Y ya no recuerdo las veces
que mis costillas se volvieron espinas
envolviendo con sigilo
a mi fracasado corazón azul.
Y sangraba por las calles
y tu abandono repetido
era una letanía malvada
que no partía ni dejaba volar.
¿Y no es así como conseguí morir?
No. Aún sigo vivo,
Aún noto tu abandono repetido
y es esto peor que haber mil veces fallecido.
)resultó imposible no echar de menos tu cuerpo, tu risa, tus lágrimas, tu...todo(
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu huella;comenta