Quién sabe
a que extrañas horasocurre la equivocación,
donde mis sábanas notan
a otro cuerpo extraño.
Y ya pierden la cuenta,
en ese contador invisible
de cuerpos ajenos
de besos fríos
de pieles vacías,
piernas, brazos, labios
que se enredan entre mis sábanas.
Y todo se reduce a números
a seres extraños
que pasan en algún momento determinado
cuando el frío golpea el alma.
Equivocaciones.
Y cuando acaban
cubren su desnudez
y salen por la puerta.
Y solo queda el sabor a equivocación.
El recuerdo de una caricia
que se borrará pronto,
cuando las sábanas
se tiendan al sol
y ya limpias
vuelvan a estirarse en la cama
como si nada hubiese pasado.
Luego
todo comenzará de nuevo.
)todas las personas que se cruzan en nuestro camino tienen algo de personas equivocadas..."