La melancolía del jazmín al atardecer.
La suavidad de la rosa recién nacida.
La imperiosa grandeza de un manojo de lilium.
El color de las bilabiadas corolas de la amapola.
La elegancia de una orquídea nívea.
Tienes ese movimiento que un tulipán anhela.
Esa frescura que el rocío otorga
a los lirios de la madrugada.
Y tienes, como nadie, esa habilidad de llenar mi casa
a los lirios de la madrugada.
Y tienes, como nadie, esa habilidad de llenar mi casa
como si un mundo entero de flores
perfumaran las estancias, cuando llegas.
)las flores quisieran tener tu rostro...(
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deja tu huella;comenta