me voy paralizando.
Ando más despacio por las calles,
es como si se me oxidasen
las piernas, las rodillas, los tobillos...
Voy con la cabeza baja, mirando al suelo,
protegiéndome de la escarcha invisible
de las mañanas y de media tarde.
Yo quisiera vivir en un verano eterno,
pero el invierno ataca y lo enfría todo.
Yo prefiero el verano
y las sábanas frescas y la cama llena...
)....el frío me arrebata el ímpetu de la sangre y confundo los besos fríos con auténtico amor...(
©poesía incluida en mi libro "FRÁGIL INMORTALIDAD"
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