de agua del cielo y te veo toda clara
y transparente. Cuando llueve me
confundo con el agua que agradable
del grisáceo techo va sucumbiendo.
Y de repente yo, que por instantes
ruedo por el interior de una gota
del cielo, de repente, caigo sobre
tu mejilla y lentamente me voy
resbalando tocándote el rostro
aniñado, y sigo bajando hasta
tus labios, y así mezclado yo con
el agua que llueve te beso sin
tú enterarte. ¡Llueva eternamente!
)hace tiempo que no llueve como antes...(
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