coge ese jazmín agonizante del jazminero,
besa un café recién hecho,
enciérrate en un letargo ceniciento,
como si te importara lo que has hecho
y cuando te vayas a dar cuenta, llora
solo el tiempo te mostrará lo que te quise.
Yo por mi parte pondré el dedo en un mapa
y viajaré,
viajaré lejos
entraré en un bar
de alguna ciudad desconocida
y mirando mi taza de té
te diré te quiero
¿quién sabe si al momento
sentirás un extraño escalofrío?
Esta noche no tengo estrellas
en esta ciudad tan lejana
y ¿cómo puedo llamarte y que vengas?
Rendirse no es tan grave
cuando se ha dado todo.
)rendirse, en cierta manera te libera...(
©poesía incluida en mi libro "FRÁGIL INMORTALIDAD"
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