pero de mis pecados se podría
escribir una película
nunca negué un perdón
siempre me derrumbe ante unas lágrimas
y en las noches me gusta vestirme de estrellas
a veces no he sabido callar a tiempo
y he descuidado a personas
que me hubieran puesto su corazón en bandeja
no supe besar en el momento correcto
ni decir lo que querías escuchar
ahora lo comprendo todo
también he de decirte
que tú no supiste esperar
seguiste tu camino (recuerdalo)
luego un día te vi en la playa
y yo llevaba las venas llenas de sangría
y te mire a los ojos
y me miraste a los ojos
y desde ese momento fuimos dos desconocidos
que un día intentaron
vivir una vida juntos
no supe perdonarte
y en tus ojos noté una tristeza
aunque volví a reconocer
esa indiferencia en tu mirada
y mis manos siguieron igual de puras
aunque te juro que las hubiera mancillado
por tocar un instante tu cuerpo ya desconocido
Precioso poema amigo Manuel, describes muy bien un instante de inspiración quizás te falto atrevimiento en tu poema las oportunidades son para aprovecharlas y nunca dejarlas escapar, la próxima ya sabes. Un abrazo desde jaen
ResponderEliminarLlevo varios días liado a trabajos y por eso he estado un tanto ausente del blog, pero volver para leer entradas tuyas como esta y la anterior no tiene precio, amigo.
ResponderEliminarUn saludo!!
Pablo.
Manuel,esa sinceridad no tiene precio,es la que te ayuda a madurar y a templar tu dignidad.
ResponderEliminarMi felicitación por el poema y mi abrazo inmenso,amigo.
M.Jesús