De ser nube pesada que no flota.
Esa sensación de ser garganta
rodeada por la cuerda del ahorcado.
Esta costumbre mía de rendirme.
De dejar de ser aire y convertirme
en pesada losa que entorpece mi camino.
De tener una extraña sed que me devora.
Y sentir que nada sirve. Que todo es veloz
y efímera existencia. Rutina delirante.
Miseria que brota y crece
en cada desgracia, en cada derrota.
Nada. Ya nada me alivia la pálida luz de luna,
ni su tibio brillo me devuelve la esperanza.
Y andando entre las ruinas hoy me di cuenta,
que yo soy mi más íntimo enemigo.
)cuando uno se da cuenta quien es su más íntimo enemigo lo mejor que puede hacer es hacer las paces consigo mismo...(
©poesía incluida en mi libro "MI MÁS ÍNTIMO ENEMIGO"
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