Sin sentido, sin luz, sin calles.
Así como cuando mueres
pero sigues vivo.
¿Para qué salvarme,
si el tiempo pasa inexorable
y mis ojos son veraces tumbas de mi rostro?
Y no tengo lugares donde llegar
y que alguien me reciba. Entonces:
¿Para qué salvarme del naufragio?
Habito con la invisible soledad
mitad martirio, mitad malvada; enteramente mía.
Entonces: ¿Para qué salvarme?
Y cuando muera, y ya no siga vivo
tendré calles, tendré una luz siquiera,
tendrá sentido mi vida.
)hoy perdí el optimismo, pero por poco tiempo...(
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