donde los crisantemos florecen
junto a los claveles de muertos.
Flores que nunca adornan
el florero de casa.
Esas flores son de cementerio.
Pero mi cuerpo está invadido
de claveles y crisantemos.
En las tumbas de mis órganos.
Mi corazón fallecido.
Mi razón mal herida
mis sienes enmohecidas.
Tantas veces he querido dejar de plantar
flores de muertos,
pero vuelven en todas las estaciones,
llenando con su perfume mis entrañas.
Las palabras se vacían de sentido
y todo desemboca en la medianoche
cuando los crisantemos toman oxigeno.
Y ahí es cuando te recuerdo.
Cuando llegas con todas tus fuerzas
a malograr mis vísceras.
Cuando más bajas tengo mis defensas.
Cuando no puedo defenderme
ya que la noche resulta enemiga
de mi razón.
Y los cirios chispean su agonía negra
cuando la noche está más callada.
Y yo no puedo buscarte
porque estoy muerto.
Mi tumba la adornan
unos claveles y unos crisantemos.
)no puedo quererte porque estoy muerto...(
©poesía incluida en mi libro "FRÁGIL INMORTALIDAD"
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