Tú pensaste, casi jurabas, que no me iría.
Pero los locos así somos,no tenemos caminos ciertos
no nos atamos a la rutina.
Los futuros nos parecen quebradizos.
Tú que todo lo ordenabas.
Que planeabas hasta los besos que debíamos darnos.
Que amabas las normas,
las rutinas.
amanecemos cada día en un sitio.
Nuestra casa es efímera
y el mundo se nos antoja diminuto.
Los besos los damos por sorpresa
con sinceridad intensa.
Y los ojos nos brillan
cuando encontramos la belleza.
y yo que me fui alejando penosamente
intentando que el susurro de mis pasos
te dieran a entender mi despedida.
que me mirabas como algo ajeno
y ya no fuimos capaces ni de ser amigos.
Nos invadió esa sensación que aleja a las personas
como si nunca hubiéramos existido.
Dando forma y sentido
a la palabra desdicha.
A veces detesto llamarme loco.
A veces, desesperado, echo de menos tu rutina.
A veces muero herido
y salgo a las tabernas
intentando encontrar
a otro loco que me entienda.