lunes, 26 de octubre de 2015

RUINA

La ruina se enamora
de este cuerpo que culmina
otra terca desventura.

¡Qué sucia la conciencia a esta hora!
¡Qué sucias esas manos!
Qué sucio el corazón se queda.

Que ruina más absurda
levantarse entre escombros,
vender el alma, sin beneficio apenas.

Haber perdido la voz y la alegría
de unos ojos
que apuntan al renovado infinito.

La ruina encoje a uno hasta dejarlo mínimo,
pequeñito.
Hace sentir la muerte agradable compañera.
Yo siempre juré:  
<<No volveré a tropezar en esa piedra>>
pero entre la ruina y yo
siempre existe esa extraña atracción
de lo que nunca muere del todo.
)los escombros no nos dejan ser libres, son otra forma más de lastre que no deja que avancemos. ser mejores.  son pesadas cargas que nos oscurecen. no se puede volar teniendo el alma llena de escombros (

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